1. La negociación colectiva en momentos de ultrainflación

El proceso inflacionario que estamos atravesando no tiene comparación en los años recientes. Sus causas son múltiples y sus consecuencias, nefastas; principalmente para los sectores más humildes. El impacto que produce en el poder adquisitivo es cada vez más acentuado y sólo es posible mitigar sus efectos con una dinámica de negociación que permita controlar y corregir; cada vez en periodos más cortos de tiempo. Por eso, debe ponerse en valor el acuerdo paritario que instala un monitoreo bimestral del salario y compromete al gobierno a atender el reclamo, revisar y actualizar.
También hay que mencionar que el compromiso del Gobierno Nacional, de que los salarios no pierdan con la inflación, ha sido honrado en los dos años anteriores, aunque compensando durante los primeros meses del año siguiente al paritario. Es lógico que como el empate con la inflación es una compensación a posteriori, no siempre es valorada. Y esa valoración negativa es comprensible, además, ya que el aumento del costo de vida golpea fuertemente en los salarios y, como siempre, los salarios más bajos sienten la dureza del impacto.
La CONADU y la mayoría de sus gremios de base, confían en la vocación y la capacidad política de sostener la negociación con un gobierno al que hemos apoyado expresamente para vencer en las urnas a la alianza neoliberal macrista; alianza que nos llevó al feroz endeudamiento sin precedentes históricos que afronta la Argentina. En definitiva, es esa garantía de revisar, reclamar y enmendar la que nos ha permitido conseguir los aumentos salariales.
Algunos sectores sindicales sólo declaman insatisfacción, sin propuestas, y convocan a paros testimoniales que ni sus representados acatan. En paralelo, lo conseguido salarialmente hasta ahora, durante estos tres años, fue producto de la negociación colectiva de las Federaciones más representativas de nuestro sector: CTERA, FATUN, CONADU, UDA y FEDUN.
Si se considera que una federación que no firma tiene la razón y que hay cinco federaciones equivocadas, ese planteo es soberbio o, al menos, antidemocrático; pero por sobre todas las cosas es ineficaz porque –en definitiva- no actúa para la mejora salarial.
En momentos tan difíciles, forma parte de nuestra responsabilidad sindical, priorizar la vigencia de la paritaria, con sus virtudes y falencias, para seguir construyendo las mejoras laborales (incluido el salario) de lxs compañerxs docentes. 

2.  La paritaria salarial de 2022 y  la inflación acumulada

En lo que va del año, considerando el salario para el periodo 2022, las etapas de recomposición salarial fueron:
– Marzo: 13%
– Junio: 16 %  (acumulado, 29%)
– Julio: 12%  (acumulado, 41%)
– Agosto: 7% (acumulado, 48%)
– Septiembre: 5% (acumulado, 53%)

Además, un 9% para el mes de diciembre.  La cláusula de revisión sigue activa y en octubre estamos en la instancia de volver a reunirnos con el Ministerio de Educación y la Secretaría de Políticas Universitarias.
El INDEC dio el 14 de septiembre el índice de precios al consumidor cuyo valor fue del 7%, y con este porcentaje, la inflación acumulada para el periodo es de 56,5.  Será necesario nuevamente acordar el aumento que nos permita superar la inflación.

3. La inflación interanual y la variación interanual del salario de la docencia universitaria

Una comparación de la evolución salarial es la denominada interanual, tanto para analizar el impacto de la inflación como así también para presentar paritarias (muchas veces en paritarias del sector privado)
Consideremos el salario básico del cargo que denominamos “testigo”, esto es, el cargo de ayudante diplomado (Aydte. I) con dedicación semiexclusiva.
El salario básico en agosto de 2021 fue 27760,64 $. El mismo cargo, tuvo en agosto de 2022 un básico de 53272,20 $. El aumento interanual del básico correspondiente a este cargo es de 91,9%. Estamos cotejando básico contra básico. En todos los demás cargos, la proporción se mantiene en líneas generales, debido a que nuestro salario no posee sumas no remunerativas y no bonificables. 

El siguiente cuadro muestra, la comparación interanual del salario docente con la inflación.

Estos cálculos permiten ver que nuestro sector, en ninguna circunstancia de estos últimos tres años ha sido el más afectado en términos salariales. Por supuesto, en este contexto de crisis inflacionaria es difícil la previsibilidad y el equilibrio. Pero desde la CONADU siempre se manifestó en las negociaciones con el Gobierno Nacional que durante el gobierno macrista nuestro salario se depreció y, por lo tanto, no sólo es necesario empatar a la inflación, sino es imperioso ir ganando año a año, para empezar a reparar el daño que en materia salarial produjo el gobierno neoliberal de la Alianza Cambiemos, sin encerrarnos en un corporativismo ajeno a la realidad de toda la clase trabajadora. 

Recordemos que en la paritaria 2021, la docencia universitaria consiguió cerrar (en marzo 2022) un aumento del 53% contra una inflación anual del 50,9%.

Más allá de las estimaciones y proyecciones inflacionarias para 2022, en la instancia de revisión que estamos transitando tenemos que lograr seguir incorporando los porcentajes necesarios, con firmeza y convicción, y a la vez con  responsabilidad política y vocación de trabajo. Los objetivos inmediatos son: acordar porcentajes mensuales, de aquí a fin de año, que no estén por debajo del índice de inflación mensual, y que impacten de manera efectiva sobre el aguinaldo de fin de año; y a la par, acompañar los reclamos de los sectores docentes que demandan un incremento de las deducciones del impuesto a las ganancias para el sector; y una urgente trimestralización de los haberes de docentes jubiladxs nacionales.

El compromiso sigue siendo mantener la discusión salarial permanentemente para la defensa del salario, de las condiciones de trabajo y de la Educación Pública.

11 de Octubre 2022
adai – CONADU (Sec. Gremial)